Un tratamiento antilluvia consiste en la aplicación de una resina en la luna del vehículo que impide que gotas de agua, mosquitos y otros objetos menores que puedan dificultar la visibilidad en la conducción.
El tratamiento antilluvia mejora notablemente la visibilidad a través del parabrisas en condiciones climáticas de lluvia, al resbalar el agua y ser expulsada por el aire de frente evitándonos tener que accionar los limpiaparabrisas, circulando a más de 80 km/h. El efecto que se produce es similar a ver deslizarse pequeñas gotas de mercurio por el cristal.
Todas las superficies, incluso el vidrio, tienen cierta porosidad aunque a simple vista no lo parezcan, y el tratamiento antilluvia, o tratamiento hidrofóbico, un líquido compuesto entre otras sustancias de ciertas resinas acrílicas o polímeros transparentes, se adhiere sobre la superficie del cristal rellenando los poros y formando una película duradera a la intemperie.
Esta película se percibe con el tacto, al pasar la mano sobre el cristal se nota más suave y liso que antes, o en otras palabras más antiadherente; y gracias a esa película se produce el efecto repelente que hace que el agua que cae sobre el cristal, resbale y sea expulsada por el viento con mayor intensidad.
El tiempo aproximado de duración de esta película repelente al agua es de unos 20.000 km. o un año, y dependiendo de las condiciones climáticas de cada zona puede durar un poco más o menos, debido a la degradación que produce el sol sobre el mismo.
El tratamiento antilluvia también produce un efecto antisuciedad y antimosquito, al no adherirse tanto al cristal como antes, permitiendo limpiar el parabrisas con mucho menor esfuerzo.