El futuro del coche eléctrico pasa obligatoriamente por los sistemas de recarga inalámbricos, y hay que aprovecharlos al máximo para conseguir reducir las emisiones contaminantes. Es por ello que la empresa TRL ha ganado el contrato ofrecido por la agencia de Transporte de Inglaterra para el estudio de la tecnología inalámbrica y su posibilidad de convertir las carreteras en pequeños cargadores.
Si este estudio llega a buen término sería el inicio de los carriles específicos para vehículos eléctricos en las autovías, su punto débil. Todos los que hemos conducido coches eléctricos tememos el momento autopista porque la autonomía se reduce considerablemente, pero, ¿y si en los tramos más complicados para nuestro coche eléctrico pudiéramos cargarlas parcialmente?
Imagina que en las subidas, el carril derecho sirviera para que los coches eléctricos recarguen sus baterías parcialmente o para que el gasto sea mucho menor. De hecho, la energía que ofrezca esta carretera del futuro podría ir directamente al motor y el resto usarla de las baterías del propio vehículo. Así, el gasto sería menor y se podría aumentar la distancia que podría recorrer un coche eléctrico.